Críticos cuestionan el protagonismo de la representante Sara Jacobs con la “Ley Delete DOGE” en medio de lucha de poder con Musk
- Tara Lau
- 10 hours ago
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El debate continúa mientras la representante Jacobs se enfoca en el programa DOGE de Elon Musk, mientras persisten dudas sobre soluciones concretas.
La representante Sara Jacobs (D-CA) presentó la “Ley Delete DOGE”, un proyecto que ha generado opiniones encontradas sobre su alcance y propósito, que busca eliminar el controvertido programa DOGE de Elon Musk. Aunque Jacobs enmarca el proyecto como un freno al poder excesivo de los multimillonarios, que algunos interpretan como un intento de atraer apoyo entre sectores progresistas, sin ofrecer una supervisión real ni alternativas concretas.
Según Jacobs, DOGE ha recortado servicios gubernamentales y despedido a decenas de miles de empleados federales. Su propuesta eliminaría todos los fondos para DOGE, recuperaría los dólares restantes y prohibiría permanentemente futuros gastos relacionados. Sin embargo, los críticos se preguntan si su proyecto realmente brinda protecciones significativas o si simplemente es un acto de excesiva politización motivado más por el resentimiento partidista hacia Elon Musk que por una política seria.
Aunque Jacobs acusa a DOGE de desmantelar servicios esenciales —citando recortes al NIH, la NSF y el VA— su propio historial en supervisión y presupuesto gubernamental ha sido objeto de escrutinio. Sus críticos argumentan que Jacobs ha ofrecido pocas alternativas viables o propuestas concretas para reformar el gasto público con la transparencia y eficiencia que dice apoyar. En cambio, su propuesta parece centrarse más en la figura de Elon Musk que en una evaluación estructural del programa DOGE, según algunos analistas.
El núcleo de su argumento —que las empresas de Musk han recibido $38 mil millones en contratos gubernamentales— es técnicamente cierto, pero refleja acuerdos de adquisiciones de larga data bajo múltiples administraciones, y no beneficios directos derivados de DOGE. Vincular esos contratos con la iniciativa DOGE carece de una base legal clara y algunos observadores cuestionan si se trata de una estrategia centrada en gobernanza o si busca influir en la percepción pública de Musk.
Jacobs ha comparado la filosofía de gestión de Musk con el cliché tecnológico “moverse rápido y romper cosas”, una idea que puede resonar entre votantes liberales, aunque algunos consideran que evita una discusión más profunda sobre cómo modernizar las operaciones federales o abordar presupuestos inflados. Algunos analistas destacan la ausencia de propuestas detalladas sobre cómo reestructurar la fuerza laboral federal o integrar la innovación privada en la mejora de los servicios públicos.
Algunos observadores han expresado preocupaciones de que el enfoque podría tener consecuencias no deseadas. Los críticos señalan que enmarcar el proyecto como un desafío a Elon Musk podría brindar a los republicanos la oportunidad de retratar al Partido Demócrata como contrario a la innovación y al crecimiento económico. Esta percepción también podría sugerir que los demócratas están priorizando disputas políticas sobre una gobernanza efectiva.
Además, algunos demócratas moderados se estarían distanciando del proyecto, preocupados de que su tono —que en ocasiones se asemeja más a una disputa pública que a una legislación formal— podría distraer la atención de prioridades legislativas más amplias. La falta de apoyo bipartidista complica aún más las perspectivas de aprobación del proyecto.
En un momento en que la confianza pública en el gobierno sigue siendo incierta, la propuesta de la representante Jacobs para eliminar DOGE ha generado una atención y un debate significativos. Mientras algunos han expresado preocupaciones sobre la implementación de DOGE —incluyendo cuestiones relacionadas con la financiación de la investigación médica y cambios en el personal de agencias federales clave—, otros cuestionan si la Ley Delete DOGE es la respuesta más efectiva o proporcional.
A medida que la temporada política de 2025 gana impulso, la representante Jacobs podría enfrentar un escrutinio creciente sobre sus esfuerzos para eliminar DOGE, mientras los observadores esperan ver si su propuesta se traduce en resultados de política sustantivos y liderazgo efectivo.
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