Inteligencia artificial y control migratorio: cuando la tecnología se convierte en herramienta de cumplimiento

No se trata de cerrar puertas, sino de usar la tecnología para asegurar que quienes ingresan a Estados Unidos lo hagan con transparencia y responsabilidad.

En medio del debate sobre su impacto laboral y sus usos creativos, la inteligencia artificial (IA) está empezando a jugar un papel clave en un terreno mucho más estructural: el control migratorio. Su capacidad para analizar grandes volúmenes de datos en segundos la convierte en una herramienta poderosa para detectar fraudes, rastrear incumplimientos y verificar solicitudes de visado con mayor precisión que nunca.

Tradicionalmente, los consulados de Estados Unidos ya advertían a los solicitantes sobre las consecuencias de mentir en el proceso. Pero hoy, gracias a los algoritmos de IA y a la minería de datos, las posibilidades de ser descubierto han aumentado significativamente. Las misiones diplomáticas han empezado a publicar alertas claras: participar en actos de vandalismo, promover organizaciones terroristas o alterar el orden público durante una estancia en Estados Unidos puede significar la revocación de una visa o la expulsión inmediata.

Uno de los desarrollos más destacados es la evolución del sistema CBP One, una app creada inicialmente para agilizar el procesamiento de mercancías, pero que fue adaptada para programar entrevistas de ingreso a través de puertos de entrada legales. En su versión actualizada bajo el nombre CBP Home, la herramienta permite que los migrantes que se encuentran en el país sin autorización puedan informar voluntariamente su salida, lo que podría evitar sanciones migratorias a futuro.

La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, ha advertido que quienes no usen esta vía serán igualmente deportados, y esa remoción conlleva restricciones severas para obtener nuevas visas. Además, la app podría incorporar tecnología de geolocalización o reconocimiento facial, ayudando a verificar en tiempo real si una persona ha abandonado el país o si continúa en situación irregular.

Más allá del control en frontera, la IA también podría transformar los procesos consulares. Un sistema automatizado de entrevistas podría recopilar datos biométricos, antecedentes y respuestas emocionales para apoyar al personal consular en la toma de decisiones. Con esta tecnología, se puede estimar la probabilidad de que un solicitante incumpla las condiciones de su visa, basándose en patrones de comportamiento de casos similares.

No se trata de cerrar puertas, sino de usar la tecnología para asegurar que quienes ingresan a Estados Unidos lo hagan con transparencia y responsabilidad. Las herramientas existen para detectar, prevenir y actuar frente a abusos sin recurrir a métodos arbitrarios. Y si se aplican con criterios claros y legales, pueden fortalecer el sistema sin deshumanizarlo.

En una era donde los datos hablan, la IA se perfila como un aliado clave para hacer cumplir la ley sin comprometer los principios fundamentales del proceso migratorio.