Videos políticos creados con IA: sátira viral y el futuro de la manipulación de memes

Detrás del entretenimiento, hay una narrativa que puede ser política en estos memes y videos. 

El ascenso de los videos generados por inteligencia artificial (IA) en la política no está -todavía- dominado por la desinformación, sino por el impacto visual, el humor y la capacidad de volverse virales. Desde una improbable visión de la transformación de Gaza en un destino turístico hasta una parodia del programa La isla de las tentaciones protagonizada por políticos, los ejemplos recientes demuestran que esta tecnología, por ahora, busca más sorprender que engañar.

Plataformas como TikTok o Instagram están llenas de videos en primera persona que muestran cómo habría sido vivir durante la peste negra, en el Egipto antiguo o en Chernóbil en 1986. Con una estética pulida y narrativa ligera, estos clips reescriben el pasado para hacerlo atractivo y compartible. Detrás del entretenimiento, hay una narrativa que puede ser política: ediciones que idealizan épocas sin inmigración, tecnología o crimen, como el viral “Despiertas siendo adolescente en la España de los 80”, que más que nostalgia, ofrece una versión ficticia de un país supuestamente más puro.

Lo que antes requería meses de producción, ahora se puede hacer en días. Con ayuda de ChatGPT, imágenes generadas por IA y editores accesibles, cualquier usuario puede crear estos videos, y muchos ya lo están monetizando con cursos y tutoriales. Herramientas como Sora, de OpenAI, han acelerado aún más este proceso.

Para analistas como Xavier Peytibí, consultor en comunicación política, el uso político de la IA era inevitable: “Los partidos están empezando a normalizar su uso como parte de su estrategia visual. No es una moda pasajera, es una tendencia en expansión: es más barato, más rápido y más viral”.

Pero el riesgo de que la sátira se transforme en desinformación sigue latente. El creador del video de Gaza advierte que estamos más cerca de un escenario estilo La guerra de los mundos de Orson Welles —donde la ficción se confunde con la realidad— de lo que creemos. Bastarían unas horas para simular, con verosimilitud, un anuncio presidencial falso sobre una guerra nuclear.

Por ahora, los partidos conservadores son los que más exploran este terreno. Mientras tanto, los moderados aún dudan. El desafío no es solo técnico, sino ético. El contenido generado con IA no es real, y debe dejarlo claro. Además, su uso excesivo puede saturar. La clave estará en la creatividad, la empatía y la capacidad de conectar.

En un entorno saturado de mensajes, el humor, la rapidez y la sorpresa parecen ser las nuevas armas del discurso político.